domingo, 27 de septiembre de 2015
Domingo.
Nos espera atento,
parece bonito, tranquilo.
Lo más jodido viene luego,
cuando según torcemos a nuestra izquierda
encontramos la semana empezando. De nuevo.
El domingo vuelve, Como cada semana.
Y con ello, las ganas de abrazarte
-todas las veces que no he podido en la semana-.
Y susurrarte ''idiota'' en el oído,
y callarme ''te quiero'' por timidez.
El domingo vuelve. Pa' joder una semana más.
Mareos y vértigos, a verme sin ti.
Mirarte de lejos no me es suficiente,
aún menos hablarte sin encontrar tu mejor parte.
Eso es lo que busco. A ti, pero de verdad.
Supongo que sabes a lo que me refiero,
deja que lo encuentre de nuevo.
Y claro que me lo merezco,
pero juro que quiero demostrártelo de nuevo.
El domingo vuelve, ¿tú?
domingo, 14 de junio de 2015
Somos delito.
Vuelve a mirarme el culo de esa manera,
haciendo imaginable tus pensamientos,
y te juro que lo que pase
no constará en apta para nadie que no sean nuestros ojos.
Vuelve a agarrarme la garganta con esa autoridad,
mientras la piel arde en deseo,
y te juro que este juicio
va a llegar a ser ilegal.
Vuelve a arañar mi cintura,
con esos dedos impacientes,
y te juro que reescribiremos de La Constitución
lo que llaman legal o no.
Vuelve a morderme la clavícula,
con esas ganas de comerme entera,
y te juro que vamos a tener que escondernos
de la policía entre otras sábanas.
Vuelve a lamer cada hueco de mi pecho,
con tu maldita lengua,
y te juro que al final
vamos a acabar
en tu cama
con cadena
perpetua.
jueves, 21 de mayo de 2015
El año que me hiciste sonreír en serio.
Acompañante del novato año.
Porque con mirarme apareció el confeti;
con pasear tus dedos por mí, las serpentinas;
y con besarme, la mejor de las canciones del DJ más valorado.
Por resumir,
todo lo que lleva consigo un año nuevo
pero peculiarmente.
Febrero.
El día de San Valentín,
no nos trajo besos manchados en chocolate
de alguna caja de bombones inexistente;
sino que llenó nuestras bocas de palabras malsonantes
que nunca, nunca imaginé decirte.
Pero que no hicieron desaparecer esas marcas de "amor",
resaltando que no eran de mis labios,
en tu astuto cuello.
Marzo.
Las marcas se evaporaron,
tu amargo engaño hacia mi, nunca.
Pero no podía, o tal vez no quería,
olvidar tus besos, ni tus noches.
Tampoco tus te quieros,
pese a dudar de ellos en silencio, siempre en silencio.
Y volví a agarrar tu mano.
Abril.
Y aguas mil.
Y con ellas,
tus susurros, salpicados de lluvia que no deja de caer
y que tienen como destino mis labios.
Eran horas en tus brazos,
balanceándome entre ásperos besos que llegaban a ser vicio.
Al igual que tú, la lluvia me acompañaba constantemente.
Como dije antes,
se trataba de un vicio irremediable.
Mayo.
El calor tuvo que hacerme compañía
cuando de ti solo recibía... ausencia.
También hice amistad con la incertidumbre.
Se ve que el vicio pasó a ser rutina,
se ve que agotamos los recursos y nuestro barco no volvería a llegar a tierra para reponerlos.
Se ve que nosotros... No, perdón: Se ve que tú y yo,
aunque fuera recóndito, eso lo sabíamos, pero no lo aceptábamos.
Junio.
Más y más calor.
Más y más rutina.
Más y más besos sin argumento alguno.
Más y más noches en las mismas sábanas,
en la misma habitación,
pero en distintos mundos.
Era amor, pero peculiarmente.
Julio.
El barco que navegaba sin recursos,
se hundió.
Era una tarde calurosa.
Esas marcas en tu cuello de unos labios ya conocidos,
reaparecieron.
"Te lo advertí, la segunda vez ya no te lo perdonaría."
Eso fue lo último que le dije.
Agosto.
Me quedaba mucho calor por delante,
así que decidí irme a la playa.
El viento revolucionaba mi pelo con cada oleada
como queriendo que yo le hiciera una pequeña mueca de sonrisa.
Pero nada.
-Nada. Los siguientes meses no hay para destacar,
a pesar de que no encontré otras manías como la tuyas.
Nada otra vez,
salvo que hacía frío...-
Diciembre.
Con frío, como ya he dicho.
Aún así, tu mirada me congeló más.
Plaza del Callao. Un ir y venir de gente. Luces por todos lados.
Y tú intentando convencerme con argumentos que nunca me calaron.
"Nunca me tomaste en serio. Pero te juro que lo último que escuchaste,
es lo más en serio que dije en mi vida. Adiós." Y lo solté convencida.
Entonces, al irme, por fin pude sonreír.
Porque descubrí que sólo necesitaba quitarte de en medio.
Y te juro que esa sonrisa fue la más en serio de mi vida.
jueves, 30 de abril de 2015
[Inserte título]
Trucaste las cartas
y empezó la partida.
No me dejaste ni tiempo para dudar.
Tampoco para echarte de menos.
Tu creaste un juego en el que
ya estaba determinado el ganador.
Pude irme y dejarte sólo.
Total, ya encontrarías a otra jugadora mejor que yo.
Decidí quedarme, arriesgarme,
ir con todo y luego desaparecer.
"Timar al timador", esa era mi técnica.
Todo falló cuando a las canciones
les dio por hablar de ti.
Cuando te colaste en mis sueños
para besarme sin mi consentimiento.
Y hacer que quisiera más.
Claro, ya nunca era suficiente.
Me volví adicta al juego.
Adicta a arriesgar todo en cada mirada.
A abrazarte y cerrar los ojos sobre tu pecho.
Recuerdo incluso de soltar un tímido "te quiero"
y poco después perderlo en tus labios.
Pero tu turno se anticipó,
a mis expectativas al menos.
Pusiste el punto y final a esta miserable partida.
Apostaste con todo
y acabaste con todo.
Y fue tan fugaz.
Tan con tantas prisas.
Que no te he encontrado un mísero título.
Y no esperes un "lo siento", un "perdona" o un "es culpa mía".
Me gusta que estés así,
sin titulo.
domingo, 26 de abril de 2015
(Te) Escribo con insonmio.
Y aquí me tienes.
Sin una mísera probabilidad de
que tú leas esto.
Pero es así, ya que
las gotas en mi ventana,
parecen darme incentivos a ello.
Cuántas veces irán ya,
las que he llorado tu nombre.
Las que me he mentido a mi misma,
ya sabes, eso que llaman "autoconvencerse".
Pero cuántas veces irán ya,
desde que tú no me besaste.
Desde que no me miraste
con tu mirada.
La tuya.
La de siempre.
Pero qué puedo esperar
de alguien que me enseñó
el arte de los tópicos
para acabar con todo.
(Sí, ya sabéis,
ni siquiera tubo imaginación
para dejarme con originalidad)
Y suena ridículo pensar,
que me tiraba piropos a mi misma,
por que conmigo
eras vago
hasta para eso.
Y más ridículo es pensar,
que sigo aquí en medio de la noche
cual idiota.
Escribiendote a ti,
al que ahora está de copas.
En fin, Insomnio,
que no eres tú, sino yo.
Es que he conocido a otra persona
que me hace sufrir
con más corazón.
Vete y déjame soñar(le)
miércoles, 15 de abril de 2015
Culpable por inocente.
a mi misma.
Sin argumento alguno.
Sin ni siquiera testigos.
Me he dado cuenta.
Pero, ¿porqué?
Me lo pregunto.
No me respondo.
Me he dado cuenta al fin.
¿Cómo pude besarte
sin haberlo visto antes?
Que improbabilidad tan imposible.
Me he dado cuenta, pero de verdad.
Y ahora lo sé.
Tus ojos me lo mintieron en lejanía.
Esta vez voy ha aceptarlo.
Yo no era la culpable en este juicio impertinente.
Tranquilo, tu tampoco juegas ese papel.
Simplemente fueron los kilómetros.
lunes, 6 de abril de 2015
Gustos, al fin y al cabo.
El calor para negar de la ropa.
El viento que revuelve mi falda.
Y el sol dibujando mechas rubias en mi pelo.
Me gusta la música considerablemente alta.
La noche que suene a lluvia.
Los cafés mañaneros con nata.
Y las películas que hagan emocionar.
Me gustan las letras de Leiva.
La sonrisa adictiva de Mario Casas.
La naturalidad de Blanca Suárez.
Y las risas que lleva con sí Yon González.
Pero te contaré una cosa.
Lo que apuesto a que me gustaría de verdad
es simple.
Una noche sin dormir, aunque sea fría.
La ropa perdida por algún rincón.
Con el disco de Leiva resonando en la casa, bien alto.
Y tu y yo,
montándonos una película que me emocione como nunca,
y después de haber probado un café.
Que sí,
que hasta pasaría por alto que no fuera con nata.
sábado, 21 de marzo de 2015
Pudo ser taquillera . Lo jodimos.
de verdad que te sorprendería.
Pero tus besos nunca me
acabaron de gustar.
Tal vez sería error del productor,
o quizá fuera fallo de parte de los actores.
Sí, pudo ser eso.
Los actores.
¿Y sabes?
La publicidad era buena.
Buena de la de verdad,
pues tú estabas en mi cabeza.
Constantemente.
Del sonido tampoco podía quejarme,
pues tus susurros en mi oído los escuchaba.
Perfectamente.
Será que nos preparamos demasiado la escena.
Pensamos en exceso antes de salir,
cuando ambos rabiábamos por dentro de ganas
e íbamos sobrados con el guión.
Y es que, joder,
acabamos saltándonos el argumento.
Por completo.
Por esto ocurrió, que
al estreno de nuestra película,
sólo asistieron
las butacas.
domingo, 8 de marzo de 2015
Cómplice con tu mirada.
Lo intenté una y otra vez.
miércoles, 25 de febrero de 2015
De mañanas.
me dijiste que te ibas.
Mi cama quedó cual sabana,
pues tú tenías prisa.
De buena mañana,
eché de menos su sonrisa.
Su mirada en mí clavada,
y sus caricias matutinas.
De buena mañana,
me dijeron que no volverías.
Que habías seguido la nevada,
que tus pasos ya no me pertenecían.
De buena mañana,
dejé de lado tu biografía.
Busqué en demás sitios tus madrugadas,
llenando mis labios de otras ruinas.
De mala mañana, encontré tu mirada en mi cafetería...