sábado, 21 de marzo de 2015

Pudo ser taquillera . Lo jodimos.

Mira que soy peliculera,
de verdad que te sorprendería.
Pero tus besos nunca me
acabaron de gustar.

Tal vez sería error del productor,
o quizá fuera fallo de parte de los actores.

Sí, pudo ser eso.
Los actores.

¿Y sabes?
La publicidad era buena.
Buena de la de verdad,
pues tú estabas en mi cabeza.
              Constantemente.
Del sonido tampoco podía quejarme,
pues tus susurros en mi oído los escuchaba.
               Perfectamente.

Será que nos preparamos demasiado la escena.
Pensamos en exceso antes de salir,
cuando ambos rabiábamos por dentro de ganas
e íbamos sobrados con el guión.

Y es que, joder,
acabamos saltándonos el argumento.
Por completo.

Por esto ocurrió, que
al estreno de nuestra película,
sólo asistieron
              las butacas.



domingo, 8 de marzo de 2015

Cómplice con tu mirada.

"I want to tell you that I'm sorry, but that's not for me to say." - Birdy.

Lo intenté una y otra vez.
                                    Y alguna que otra más.

Juro que quería creerte. Que quería entenderte.
Pero aunque tus labios, fieles compañeros de tu sonrisa,
                                              me decían siempre: "Quédate...",
tus ojos, adversarios de tu mirada.
                          me decían tímidamente: "Vete ahora que puedes."

Y me lo decían convencidos, siempre estuvieron ahí para recordarlo.
                                 Cada vez que te miraba...

Pude hacerles caso, pero me aferré a esa -pérfida- sonrisa,
a ese quizá que rondaba mi cabeza constantemente.

Y me aferré a ese susurro tuyo por las noches,
acompañados de estrellas y con nuestra ropa por los suelos
                        -tan oculta por la oscuridad como tus sentimientos-.
Me lo solías decir al oído,
mientras gatos vagabundos encubrían nuestros suspiros,
un nunca convencido: "Te quiero".

Eternamente jamás te diré lo siento por desaparecer,
cuando tus palabras me mintieron una y otra vez.
                                                                      Y alguna que otra más...

Y eternamente siempre se lo agradeceré a tu sonrisa,
que me advirtió una y otra vez.
                                         Y, por supuesto, alguna que otra más...