miércoles, 25 de febrero de 2015

De mañanas.

De buena mañana,
me dijiste que te ibas.
Mi cama quedó cual sabana,
pues tú tenías prisa.

De buena mañana,
eché de menos su sonrisa.
Su mirada en mí clavada,
y sus caricias matutinas.

De buena mañana,
me dijeron que no volverías.
Que habías seguido la nevada,
que tus pasos ya no me pertenecían.

De buena mañana,
dejé de lado tu biografía.
Busqué en demás sitios tus madrugadas,
llenando mis labios de otras ruinas.

De mala mañana,                encontré tu mirada en mi cafetería...